Itinerario Político
Ricardo Alemán
18 de enero de 2007
Alguien debería informarle al PRD el significado de la alianza que se proponen con la ex panista Ana Rosa Payán
No tendría nada de extraño que el partido político que dice defender los postulados de la izquierda mexicana, el PRD, pretenda una alianza con la ex panista Ana Rosa Payán Cervera. Sobre todo porque en años y elecciones recientes el de la Revolución Democrática ha dado sobradas muestras de que la última de sus prioridades es la congruencia ideológica de sus dirigentes, militantes y aspirantes a puestos de elección popular.
Lo único que importa es el caudal de votos que puedan acarrear a sus filas y franquicia. Lo único que vale es el poder por el poder, sin importar ideologías, pasados cuestionables, incongruencias políticas y desviaciones doctrinarias. Mientras signifique votos, todo es bueno para el PRD, sobre todo en entidades como Yucatán, donde su franquicia es prácticamente inexistente.
Tampoco son nuevas las alianzas electorales del PRD con el PAN -esos dos partidos se aliaron hace seis años para echar al PRI del poder en Yucatán-, como tampoco asusta a nadie que lo más cuestionado del PRI ahora sea parte de la lustrosa burocracia dizque izquierdista. Los amoríos políticos entre militantes salidos de PAN, PRD y PRI son, en la peculiar política mexicana, parte del paisaje cotidiano, porque en el diseño estratégico de todos ellos se entiende, sin más, que de tanto en tanto es necesario compartir la cama con el adversario.
Pero por lo menos alguien debía informarles al señor Leonel Cota Montaño, dirigente formal del PRD, a sus líderes históricos y a la militancia en general, sobre el significado de la alianza que se proponen al coquetear electoralmente con la ex panista Ana Rosa Payán Cervera, una mujer y política respetable y de profundas convicciones con su doctrina de ultraderecha, severa crítica de la izquierda, ya no se diga de la candidatura de Andrés Manuel López Obrador.
Por lo menos para justificar el vociferante discurso lanzado por el PRD contra la derecha y la ultraderecha del PAN, contra el Yunque, organizaciones que ahora pretenden promover mediante la alianza con la reconocida lideresa yucateca.
Y debemos insistir, Ana Rosa Payán Cervera es una muy respetable mujer metida a la política, sin tacha en su desempeño político y personal, de muy profundas convicciones, para quien quedaron cancelados los caminos políticos en su partido, el PAN. Pero también se debe decir que su formación ideológica -que tampoco está en cuestión, se orienta con el pensamiento de la derecha extrema, que es o debiera ser la postura antagónica de la izquierda.
En su libro El Ejército de Dios, el periodista Álvaro Delgado documenta (página 188) la militancia de Ana Teresa Aranda en organizaciones de ultraderecha, como la Asociación Cívica Femenina (Ancifem), y la relación de esa agrupación con el Yunque -que era su versión masculina-, y con reputados militantes de El Yunque como Luís Felipe Bravo Mena, ex presidente del PAN. Dice Álvaro Delgado de Ana Teresa Aranda: "Fue jefa de prensa de Ancifem cuando Yuya presidió la asociación, y con Rosa Hernández, otra lideresa de afiliación pedemista. Fue compañera también de Cecilia y Gabriela Romero, de María de los Ángeles Bravo (hermana de Luis Felipe Bravo Mena), Ana Rosa Payán y Patricia Garduño, todas de El Yunque femenino".
Ana Rosa Payán, por si no lo saben los perredistas, coordinó la campaña de Luís Felipe Bravo Mena a la presidencia del PAN, en 1999, y fue una de las más entusiastas impulsoras de la llegada a ese mismo cargo, de Manuel Espino, hoy presidente del PAN. Todo su trabajo político, tanto en el PAN como al margen del partido, lo ha desarrollado en organizaciones confesionales y de extrema derecha -como Ancifem, Movimiento de Cursillos de Cristiandad, Comunicad de Profesionales Católicos, y otras-, que según la cultura de la izquierda perredista son la "peligrosa extrema derecha".
Cuando en el PAN se perfiló la elección interna para seleccionar al candidato presidencial, ese poderoso grupo femenil del PAN hizo una apuesta diferenciada; un sector apoyó a Felipe Calderón, como fue el caso de Arna Teresa Aranda, y otro a Alberto Cárdenas, como fue el caso de Ana Rosa Payán. En casi todos los casos la apuesta era contra Santiago Creel. Cuando resulta ganador de la contienda Felipe Calderón, la señora Payán Cervera entra en colisión -por su apuesta a Cárdenas y su cercanía a Espino-, con los calderonistas yucatecos, entre ellos Xavier Abreu Sierra, quien junto con la hoy secretaria de Sedesol, Beatriz Zavala Peniche, fueron los artífices de la campaña de Calderón en Yucatán.
Ayer decíamos en este espacio: "Pero la señora Payán no tomó en cuenta un pequeño detalle; que una vez pasada la elección presidencial y que el PAN retuvo el poder a través de Felipe Calderón, había llegado el momento del cobro de facturas". Los calderonistas le cerraron el paso al gobierno yucateco, y Manuel Espino, el presidente del PAN, la dejó colgada de la brocha. Y el PRD la quiere hoy como su candidata.
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